Pequeños momentos cotidianos
Me paso las mañana enteras pensando en la siesta, ese momento en el que cierro los ojos e intento resetearme aunque no me quede dormido, todos los días 30, 20, 15 minutos después de comer, da igual el sitio, siempre encuentro mi rincón para echarme la siesta, y aunque las mejores son las del sofá de casa con la chimenea y la copa de orujo El Coterón, las del metro o el autobús también son bienvenidas.
2 Comments:
Lokiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
Hola Alejandra cuanto tiempo, la verdad es que yo tampoco suelo ir mucho al chino, pero a veces es la mejor opción cuando estoy saturado de hamburguesas, kebaps, bocatas de tortilla y pizza, aunque ya me lo pensaré dos veces la próxima vez.
Maeeeeeeeeeeeeeeee! a ver si te recuperas ya!
Estimat irónico que puedo decir, mejor voy a abrir la puerta y ya te veré.
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