¡Veinte duritos!
Pensaba retomar mi blog con un tono más alegre y jovial en estos tiempos que corren, pero mi gran amigo nihilsum me ha informado esta tarde de la muerte de la señora María. La señora María se dedicaba a vender pulseras y baratijas por las calles de Lavapies y La Latina, caminaba encorbada y miraba de modo desafiente a la gente gritando ¡veinte duritos!¡veinte duritos!(al cambio ¡un euro!) y seguía hasta que alguien la paraba y compraba cualquier cosa, yo conservo un par de colgantes que le compré en alguna noche de fiesta. No puedo decir la edad que tenía, pero calculo que estaria entre 70 y 80 años y la vida tuvo que haberla dado muchos palos. Murió huyendo de la ambulancia que iba a socorrerla, no sé las circunstancias exactas, pero sí que tuvo miedo, quizás por la ambulancia o quizás por seguir viviendo en este mundo. Espero que mucha gente se acuerde de ella, yo por lo menos lo haré.
10 Comments:
Vaya, qué triste... Recuerdo haber visto alguna vez a aquella señora. O quizás no sea triste... Quizás sea lo mejor.
Es verdad Mae, tú la has visto por ahí, ya lo pensé ayer, al parecer no quería que la tocaran los médicos...
Por cierto, Shhh tiene razón, el nuevo template es la caña! Muasss!
Gracias tremendiiiisima!!!
me pregunto a que nos referimos cuando nos proponemos recordar a alguien , especialmente a alguien como maria . una vez la encontré hurgando en los cubos de basura . ella nunca te miraba a los ojos cuando medio ebrio conformabas tu buena acción del dia , tenga 20 duritos .habia una barrera de miseria insalvable entre ella y tu . Recordemosla con sinceridad todos los dias de la vida ; los recuerdos de una semana no merecen la pena , casi son insultantes.
jajajaja, me puedo equibocar amigo anonymous, pero me parece q
jajajaja, me puedo equibocar amigo anonymous, pero me parece q
jajajaja, me puedo equivocar amigo anonymous, pero me parece que los dos colgantes de la señora maría que todavía conservo, los compré contigo un día de cañas y otro de hastío, y tú conservas dos colgantes anexos a los míos, jajajaja!! durante muchos años me he encontrado a la señora María contigo y con Sake y con Mae, y otros, y creo que siempre ha estado ahí...
Comentaba en el blog donde me enteré de esta noticia que la señora María, al margen de sus luces y sus sombras, era un personaje insustituible en el paisaje de ese cuadro de costumbres atemporal, variopinto y hoy mestizo que es Lavapiés.
Contribuía con color y un toque de surrealismo a que ese barrio sea lo que es. Yo al menos echaré de menos su letanía cuando pare por la calle Argumosa.
(Lokee, te hago con cariño una pequeña corrección: la tía era genial, cuando llegó el cambio de moneda cambió su "¡Veinte duritos!" por "¡Un eurito!" Qué grande era, coño!)
es correcto, ¡un eurito!
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